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Miércoles, 23 de diciembre de 2015

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san Juan de Kety


Malaquías 3:1-4, 23-24
Salmos 25:4-5, 8-10, 14
Lucas 1:57-66

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Reflexiones Similares

"limpia tu vida"

"Él se sentará para fundir y purificar: purificará a los hijos de Leví" (Malaquías 3:3).

Antes de la venida de Cristo en esta Navidad, tenemos que ser purificados. Eso es poco. Tenemos que ser refinados por el fuego y que nuestros pecados rojos como la púrpura (Is 1:18) sean blanqueados por la "lejía de los lavanderos" (Mal 3:2). Tenemos que ser purgados, desintoxicados y bautizados en arrepentimiento (Mc 1:4).

La mayoría de los cristianos no se consideran tan sucios como para requerir esa forma extrema de purificación. Estoy seguro que Zacarías, hombre justo y un sacerdote intachable (Lc 1:6), no pensó que necesitaba nueve meses de estar mudo para "limpiar su vida" (Lc 1:20). La mayoría de los cristianos piensan que sólo necesitan ser meramente desempolvados y no ser puestos en un alto horno.

Sin embargo, Dios conoce a sus hijos mejor que ellos mismos. La mayoría de los niños no reconocen la suciedad como la reconocen sus padres. Los niños están muy contentos de hacer un desorden y vivir en eso. Los niños por lo general no les dicen a sus padres que limpien sus habitaciones sino viceversa. En las lecturas bíblicas de hoy y en este tiempo de Adviento, Dios Padre nos está diciendo a Sus hijos que estamos más sucios de lo que pensamos.

Pídanle al Espíritu por justicia del pecado (Jn 16:8). ¡Arrepiéntanse! Vayan a la confesión antes de Navidad. Estén limpios y puros —por los estándares del Padre.

Oración:  Jesús, en esta Navidad por Tu gracia que sea puro así como Tú eres puro (1 Jn 3:3).

Promesa:  "'¿Qué llegará a ser este niño?' Porque la mano del Señor estaba con Él" (Lc 1:66).

Alabanza:  "Oh Emmanuel, Rey y Legislador, Deseo de las naciones, Salvador de todos los pueblos, ven a liberarnos, Señor, Dios nuestro".

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 24 de augusto de 2015.

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