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Martes, 28 de junio de 2016

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san Irineo


Amós 3:1-8; 4:11-12
Salmos 5:4-8
Mateo 8:23-27

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Reflexiones Similares

saber buscar la profecía

"Porque el Señor no hace nada sin revelar su secreto a sus servidores los profetas" (Amós 3:7).

El versículo anterior ha sido un estímulo importante para los Ministerios de la Presentación desde el principio. Nuestros ministerios pretenden servir a la palabra profética de Dios, esa palabra que ayer, hoy y siempre (Ez 33:30) penetra los corazones y propicia la conversión, el discipulado y la victoria del Reino. Profecía no necesariamente quiere decir lo que va a pasar en el futuro, aunque a veces así sea. Profecía significa más bien hablar o escribir lo que Dios quiere que se diga en el momento preciso en que Él quiere que se diga. El Espíritu Santo sabe exactamente la palabra correcta para el momento adecuado para que penetre los corazones humanos. Un Pan, un Cuerpo, es intencionalmente profético. Constantemente oramos al Espíritu Santo para que podamos escuchar su palabra profética y así comunicarla fielmente.

Nos queda poco tiempo; este mundo como sabemos es pasajero (1 Co 7:31). Nuestras propias palabras a menudo no tienen ningún impacto. La palabra profética de Dios, sin embargo, tiene gran impacto y llega directamente a las profundidades del corazón humano. Es la que puede traer cambio o rebelión. Algunas veces acarrea peligros y rechazos a su mensajero. Sin embargo, también trae vida y conversión a muchos.

Un profeta tiene tres trabajos: escuchar fiel y atentamente al Señor todos los días, discernir lo que Dios quiere que diga, y hablar o escribir las palabras proféticas de Dios en el tiempo propicio. Dios no hace nada sin revelar Su plan a los profetas. (Am 3:7). Este mundo desesperadamente necesita saber y obedecer el plan de Dios. ¿Estás dispuesto a ser un profeta? Pídele a Dios el don espiritual de la profecía (ver 1 Co 14:1).

Oración:  Señor, enséñame qué "decir y anunciar" (Jn 12:49).

Promesa:  "El Señor ha hablado: ¿quién no profetizará?" (Am 3:8)

Alabanza:  San Irineo predicó la Verdad para contrarrestar la herejía y el cisma.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 18 de febrero de 2016.

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