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Martes, 2 de abril de 2013

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Semana Santa


Hch 2:36-41
Salmo 33:4-5, 18-20,
Juan 22 20:11-18

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identificación con jesús resucitado

"'Hermanos, ¿qué debemos hacer?'. Pedro les respondió: 'Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo .' " (Hechos 2:37-38).

¿Por qué fue María Magdalena la primera persona que se encontró con Cristo resucitado? Probablemente porque ella estaba profundamente identificada con Jesús. Al amanecer, María Magdalena estaba en la tumba, cerca de su cadáver. Al no encontrarle ella exclama: "¡Se han llevado del sepulcro al Señor!" (Jn 20,2). María permaneció llorando, ante la tumba de Jesús, incluso después que Pedro y Juan se fueron (Jn 20,11). En su preocupación, apenas notó los "dos ángeles vestidos de blanco" (Jn 20,12). Ella se ofreció a buscar el cuerpo de Jesús y regresarlo a la tumba una vez supiera dónde lo habían puesto (Jn 20,15). No se detuvo a pensar que posiblemente ella no era capaz de levantar su cuerpo para llevarlo por la calle. Para María, su cercanía a Jesús era tal que Jesús simplemente dijo su nombre y ella inmediatamente lo reconoció y se aferró a él (Jn 20,6-17).

María Magdalena vivía cerca de Jesús; a través de su conversión, su liberación de los siete demonios, su servicio diario a Jesús y a los apóstoles (Lc 8, 2-3) y especialmente al ser bautizada, al pie de la Cruz, por el costado del Señor (Jn 19,25; 34). Este bautismo le permite experimentar "una muerte semejante a la suya [Jesús]" de manera que llegó a ser la primera persona en re-unirse con Él en su resurrección (Rm 6,5).

Oración:  Padre, dame una Pascua como la que celebró María Magdalena en la Primera Pascua.

Promesa:  "La promesa ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos: a cuantos el Señor, nuestro Dios, quiera llamar" (Hch 2,39).

Alabanza:  ¡Aleluya! porque él lo dijo, y el mundo existió (Sal 33:9).

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro de nuestro equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 19 de diciembre de 2012

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