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Domingo, 19 de abril de 2015

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3er domingo de Pascua


Hechos 3:13-15, 17-19
1 Juan 2:1-5
Salmos 4:2, 4, 7-9
Lucas 24:35-48

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Reflexiones Similares

¡oh, sabiduría!

"Ahora bien, hermanos, yo sé que ustedes obraron por ignorancia, lo mismo que sus jefes" (Hechos 3:17).

Contrario al refrán que dice que "ojos que no ven, corazón que no siente" las cosas que no conoces todavía pueden hacerte mucho daño. Además del pecado, la ignorancia fue la causa del peor crimen jamás cometido (el asesinato y ejecución de Dios crucificado). Pablo enseñó: "aquella que ninguno de los dominadores de este mundo alcanzó a conocer, porque si la hubieran conocido no habrían crucificado al Señor de la gloria" (1 Co 2:8). "Mi pueblo perece por falta de conocimiento" (Os 4:6).

Si conocemos a Dios Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, tenemos vida eterna (ver Jn 17:3). Sin embargo, si no conocemos al Señor, aunque digamos que lo conocemos, (1 Jn 2:4), estamos metidos en una gran 'guerra de ignorancia' (Sab14:22). En este estado de guerra e ignorancia, el pueblo "con sus ritos infanticidas, sus misterios ocultos y sus frenéticas orgías de costumbres extravagantes, ya no conservan puros, ni la vida ni el matrimonio; uno elimina al otro a traición o lo aflige por el adulterio. En todas partes reina el caos: sangre y muerte, robo y fraude, corrupción, deslealtad, agitación, perjurio, vejación de los buenos, olvido de los beneficios, contaminación de las almas, perversión sexual, desorden en el matrimonio, adulterio y libertinaje" (Sab 14:23-26).

El Señor no espera que sepamos todo. Él ni siquiera espera que sepamos gran cosa. Sin embargo, Él si espera que sepamos lo más posible. Conocer la verdad. Conocer las enseñanzas del cuerpo de Jesús, la Iglesia, especialmente aquellas en la Biblia. Conocer a Dios (Fil 3:10).

Oración:  Padre, no dejes que la ignorancia me deforme (1 Pe 1:14).

Promesa:  "Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras" (Lc 24:45).

Alabanza:  ¡Alabanza a Jesús, resucitado de entre los muertos! "La muerte ha sido vencida" (1 Co 15:54). ¡Aleluya por siempre!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 1 de abril de 2015

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