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Miércoles, 1 de noviembre de 2017

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Día de Todos los Santos


Apocalipsis 7:2-4, 9-14
1 Juan 3:1-3
Salmos 24:1-6
Mateo 5:1-12

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amado para ser santo

"¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios" (1 Juan 3:1).

Para ser un santo en el cielo, tenemos que ser bautizados (ver Mc 16:16), comprometer totalmente nuestras vidas a Jesús, y tener un fuerte deseo de ser santo en cada aspecto de nuestro conducta (1 Pe 1:15). Debemos esforzarnos para buscar "la paz con todos y la santificación, porque sin ella nadie verá al Señor" (Heb 12:14). Para hacer esto debemos tener hambre y sed por la santidad y rectitud (Mt 5:6).

Por naturaleza, no tenemos un fuerte deseo a crecer en la santidad. Por eso, el Señor trata de aumentar nuestro deseo por la santidad ordenándonos ser santos (1 Pe 1:16) y previniéndonos que aquellos que no son santos eventualmente serán "arrojados en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes" (Mt 13:42). Aun así, el mandamiento de Dios y Su advertencia usualmente no nos impresiona mucho. Todos nosotros tenemos un deseo fuerte de esquivar el dolor, ser aceptado, y tener vidas cómodas y fáciles. Sin embargo, la santidad implica sobrevivir "el gran tiempo de tribulación" (Ap 7:14) y ser perseguido, insultado, y difamado por creer en Jesús (Mt 5:10-11). Es muy difícil para nosotros ser santo bajo estas condiciones. Para querer la santidad con mucha fuerza, necesitamos algo más fuerte que los mandamientos, advertencias, egoísmo y miedos.

"Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla" (Ef 5:25-26). Por medio del amor de Cristo nosotros llegamos a querer la santidad y ser santos. Deja que Su amor conquiste todo.

Oración:  Padre, haz que mi deseo de ser santo sea más fuerte que mi deseo de respirar, comer, beber, tener sexo o ganar dinero.

Promesa:  "Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados" (Mt 5:6).

Alabanza:  "¡La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono, y del Cordero!" (Ap 7:10)

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 10 de mayo de 2017.

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