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Martes, 23 de enero de 2018

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santa Mariana Cope de Molokai
san Vicente de Zaragoza


2 Samuel 6:12-15, 17-19
Salmos 24:7-10
Marcos 3:31-35

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Reflexiones Similares

celebrando los sacramentos

"David partió e hizo subir el Arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, con gran alegría" (2 Samuel 6:12).

Cuando David trajo el arca de Dios a Jerusalén, dio la clara impresión de que Dios estaba realmente presente en el arca. Después de cada seis pasos de la procesión con el arca, David "sacrificó un buey y un ternero cebado" (2 Sm 6:13). Entonces David, el rey de la nación, se puso la ropa de baile e "iba danzando con todas sus fuerzas delante del Señor" (2 Sm 6:14). El acompañamiento musical para todo esto iba "en medio de aclamaciones y al sonido de trompetas" (2 Sm 6:15). Entonces "David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión delante del Señor" (2 Sm 6:17). Finalmente, bendijo a la multitud y le dio a cada persona "una hogaza de pan, un pastel de dátiles y uno de pasas de uva" (2 Sm 6:18-19).

Cuando entramos en una iglesia o recibimos la Sagrada Comunión, ¿qué impresión damos? ¿Concluiría un observador de nuestras acciones que realmente creíamos que el Cuerpo y la Sangre de Jesús estaban en el tabernáculo? Al recibir la Comunión, ¿parecemos estar recibiendo a Dios mismo en nuestras personas? No podemos sacrificar terneros, bailar con abandono, tocar el cuerno ni cocer unos miles de pasteles de pasas, pero de alguna manera visible, debemos expresar nuestra fe de que la presencia más intensa del Señor en esta tierra está en la Sagrada Comunión. "Pero teniendo ese mismo espíritu de fe, del que dice la Escritura: Creí, y por eso hablé, también nosotros creemos, y por lo tanto, hablamos" (2 Co 4:13). Si creemos que estamos recibiendo a Jesús, Dios mismo, en la Sagrada Comunión, deberíamos mostrarlo.

Oración:  Padre, que mi adoración inspire a los creyentes y desafíe a los incrédulos.

Promesa:  "Porque el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre" (Mc 3:35).

Alabanza:  Santa Mariana dejó sus hospitales en Siracusa, Nueva York y respondió a la llamada para servir a leprosos en Hawái.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 25 de julio de 2017.

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