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Domingo, 4 de noviembre de 2018

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31er domingo de T. Ordinario


Deuteronomio 6:2-6
Hebreos 7:23-28
Salmos 18:2-4, 47, 51
Marcos 12:28-34

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entonces, ¿qué es por lo tanto?

"Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: '¿Cuál es el primero de los mandamientos?' Jesús respondió: 'El primero es…'" (Marcos 12:28-29).

El primero de todos los mandamientos es: "Escucha, Israel: ¡el Señor nuestro Dios es el único!" (Mc 12:29; Dt 6:4) Ya que Él es nuestro Señor, no debemos usar nuestro tiempo, energía, ni recursos para nadie ni nada más, "y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas" (Mc 12:30).

La frase "por lo tanto" muestra que el dar de "nuestro todo" se basa solamente en la aceptación de Dios como el único Señor. Repetidamente llamamos a personas para que "den todo" en sus trabajos, finanzas, y en sus dedicaciones. La respuesta a nuestros ruegos generalmente es apático, así que tratamos de adaptar el cristianismo como una actividad de medio corazón en lugar de un compromiso total. Más bien, debemos distinguir que la razón del rechazo para dar todo es el hecho de que Dios no es aceptado como el Señor.

A menos que obedezcamos el primer mandamiento, no podemos obedecer completamente los demás. El compromiso al Cuerpo de Cristo tiene que ser precedido por el compromiso al Señor, la Cabeza del Cuerpo de la Iglesia. (Ef 1:22-23). En tanto que Jesús no sea el Señor de todo, Él no es el Señor, y la vida cristiana no es posible. "Tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que Él" (Mc 12:32). Lo primero es lo primero.

Oración:  Jesús, me arrepiento de mis pecados. Te pido que entres a mi corazón. Te acepto como mi Señor y Salvador. ¡Toma mi vida!

Promesa:  "De ahí que Él puede salvar en forma definitiva a los que se acercan a Dios por su intermedio, ya que vive eternamente para interceder por ellos" (Heb 7:25).

Alabanza:  Te alabo, Jesús, nuestro Señor, nuestro Dios, y nuestro Todo. Que seas glorificado en la Iglesia y en nuestras vidas.

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 3 de mayo de 2018

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