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Domingo, 6 de mayo de 2018

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6to domingo de Pascua


Hechos 10:25-26, 34-35, 44-48
1 Juan 4:7-10
Salmos 98:1-4
Juan 15:9-17

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¿quién no puede enseñarte?

"Cuando Pedro entró, Cornelio fue a su encuentro y se postró a sus pies" (Hechos 10:25).

El Espíritu Santo quiere enseñarnos todas las cosas (Jn 14:26). Por ejemplo, Él quiere enseñarnos cómo ser padres, esposas, maridos, personas solteras y miembros de comunidades religiosas. El Espíritu quiere enseñarnos cómo gastar nuestro dinero, comer, hablar, pensar, trabajar, amar, vivir y morir. Debido a que el Espíritu Santo quiere enseñarnos tanto, la relación apropiada con Él debe ser educable, es decir, dócil.

La mayor parte del tiempo el Espíritu no nos enseña directa sino indirectamente. Él nos enseña por medio de personas, tales como padres, pastores, esposos, hermanos, hermanas, extraños e incluso enemigos. Ser dócil significa ser capaz de aprender de cualquier persona que el Espíritu Santo elija para enseñarnos. Por ejemplo, Cornelio, un poderoso centurión romano, fue humildemente sumiso a la enseñanza de Pedro, un pescador judío sin educación (ver Hch 10:25ss). El secretario del tesoro del gobierno etíope le pidió al sencillo Felipe que le enseñara de la Biblia (Hch 8:27ss).

¿A quién consideras que sería la última persona en el mundo que te pueda enseñar algo? Si el Espíritu así elige, ¿estás dispuesto a ser enseñado por él o ella? Si es así, eres dócil y estás listo para recibir al Espíritu Santo. Si no, estás en peligro de rechazar al Espíritu Santo.

Oración:  Padre, enséñame sobre ser educable.

Promesa:  "Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó primero, y envió a Su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados" (1 Jn 4:10).

Alabanza:  Alaba al Jesús resucitado, que con Su Palabra y Eucaristía está siempre con nosotros. ¡Aleluya!

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 11 de octubre de 2017.

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