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Jueves, 9 de mayo de 2019

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Hechos 8:26-40
Salmos 6:8-9, 16-17, 20
Juan 6:44-51

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descontento con el menú

"Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera" (Juan 6:49-50).

Con el tema de alimentos, Dios provee y el hombre se burla. Dios dio a Adán y Eva toda clase de alimentos buenos en el jardín del Edén (Gn 2:16). Tristemente, sus ansias de comer más allá de lo que Dios proveyó condujo a la caída de la humanidad (Gn 3:6).

Dios luego proporcionó el maná milagroso a los Israelitas que estaban varados en el desierto (Éx 16:14ss). Dios nutrió al pueblo "con un alimento de ángeles, y sin que ellos se fatigaran, les enviaste desde el cielo un pan ya preparado, capaz de brindar todas las delicias y adaptado a todos los gustos" (Sab 16:20). El maná fue "adaptándose al gusto del que lo comía" (Sab 16:21). Todo esto reveló la dulzura de Dios hacia Sus hijos (Sab 16:21). Sin embargo, pronto los Israelitas en el desierto se aburrieron de esta comida milagrosa y sabrosa. Ellos estaban "hartos de esta comida miserable" (Núm 21:5) que Dios proveyó. Ellos querían carne, pescado, pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos (Núm 11:4-5).

Entonces, Dios una vez más proveyó a Sus hijos con el Pan milagroso del cielo. El niño Jesús fue puesto en un pesebre, un comedero de animales. Esto sugiere que Jesús es alimento. Su "carne es la verdadera comida" (Jn 6:55). Para salir de cualquier duda, Jesús proclama: "Yo soy el pan de Vida. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que Yo daré es mi carne para la Vida del mundo" (Jn 6:48, 51). Jesús en la Eucaristía es el máximo banquete. ¿Comeremos agradecidamente lo que Dios pone en nuestro plato?

Oración:  Padre, que lo que entre y salga de mi boca esté totalmente bajo Tu Señorío.

Promesa:  "Entonces Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura, le anunció la Buena Noticia de Jesús" (Hch 8:35).

Alabanza:  Anteriormente Esteban era un incrédulo, pero ahora cree en la Real Presencia de Jesús en la Eucaristía.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  †Reverendísimo Joseph R. Binzer, Obispo auxiliar y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, 23 de enero de 2019

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