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Viernes, 25 de noviembre de 2022

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santa Catalina de Alejandría


Apocalipsis 20:1-4, 11─21:2
Salmos 84:3-6, 8
Lucas 21:29-33

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Reflexiones Similares

perdiendo la cabeza

“También vi las almas de los que habían sido decapitados a causa del testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios, y a todos los que no habían adorado a la Bestia ni a su imagen, ni habían recibido su marca en la frente o en la mano” (Apocalipsis 20:4).

   Nosotros somos una Iglesia fundada en los mártires. La arqueología muestra que la difusión en los comienzos de la Iglesia se puede trazar siguiendo las reliquias de los santos, y de estos los mártires eran los más honorables. Se construyeron altares frecuentemente sobre sus huesos.

   San Esteban demostró el poder del martirio dando su vida como testimonio de Cristo (ver Hch 7:59-60). La fe de Esteban influenció “a un joven llamado Saulo” (Hch 7:58), quien estuvo presente en la escena del asesinato. Saulo se convertiría en Pablo, uno de los más grandes evangelistas de la Iglesia (ver Hch 9:4-6).

   El apóstol Santiago, uno de los doce pilares fundacionales de la Iglesia, (ver Ap 21:14; ver Ef 2:20), ganó su corona temprano: “Por aquel entonces, el rey Herodes hizo arrestar a algunos miembros de la Iglesia para maltratarlos. Mandó ejecutar a Santiago, hermano de Juan” (Hch 12:1-2).

   De manera similar, muchos testigos del Antiguo Testamento establecen un ejemplo de confianza en Dios. “Fueron apedreados, destrozados, muertos por la espada. Anduvieron errantes, cubiertos con pieles de ovejas y de cabras, desprovistos de todo, oprimidos y maltratados. Ya que el mundo no era digno de ellos” (Heb 11:37-38).

   Algunos de nosotros estamos llamados a dar nuestra vida por tener fe en Jesús. Sin embargo, la mayoría que lee esta enseñanza no son llamados. Aun así, no significa que no tenemos la obligación de ser testigos. ¿Cómo proclama mi vida al Cristo resucitado?

Oración:  Padre, dame el coraje de vivir y morir por Ti.

Promesa:  “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Lc 21:33).

Alabanza:  Santa Catalina vivió en Alejandría, Egipto durante el siglo IV. Ella acogió la virginidad como amor a Cristo. Su coraje inspiró a muchas mujeres jóvenes y también la llevó a su martirio.

Referencia:  (Esta enseñanza fue presentada por un miembro del equipo editorial).

Rescripto:  Según el Código de Derecho Canónico, se otorga el Nihil Obstat (no existe impedimento para publicar) a Un Pan, Un Cuerpo por el periodo 1 de octubre al 30 de noviembre de 2022. Otorgado el 14 de marzo de 2022. Reverendo Steve J. Angi, Canciller y Vicario general de la Arquidiócesis de Cincinnati, Ohio

El Nihil Obstat establece que no existe impedimento para la publicación de un libro o folleto. No implica acuerdo con contenido, opiniones o afirmaciones expresadas en el mismo.